Los fertilizantes son en las plantas el equivalente a parte de los alimentos para los seres humanos.
Un fertilizante es un tipo de sustancia o mezcla química, natural o sintética utilizada para enriquecer el suelo y favorecer el crecimiento vegetal.
El propósito de un fertilizante es abastecer y suministrar los elementos inorgánicos u orgánicos al suelo para que la planta los absorba.
Un fertilizante químico es un producto que contiene, por los menos, un elemento químico que la planta necesita para su ciclo de vida. La característica más importante de cualquier fertilizante es que debe tener una solubilidad mínima en agua, para que, de este modo pueda disolverse en el agua utilizada en el riego, ya que la mayoría de los nutrientes entran en forma pasiva en la planta, a través del flujo del agua.
Estos elementos químicos o nutrientes pueden clasificarse en: macroelementos y microelementos.
Clasificación de fertilizantes químicos
Se pueden clasificar en Sólidos y Líquidos.
Dentro de los sólidos encontramos los simples (un solo nutriente), compuestos (más de un nutriente) y blending (mezcla de los anteriores).
Dentro de los fertilizantes líquidos encontramos los simples y los compuestos.
Los fertilizantes son simples si incluyen tres elementos: Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K). La riqueza del fertilizante se expresa en la etiqueta del producto mediante tres números asociados a las letras N (nitrato), P (fósforo) y K (potasio).
Las letras hacen referencia al porcentaje de cada uno de los tres elementos que forma parte del fertilizante. Sus riquezas son más bajas en los abonos líquidos y superiores en los de formulación sólida.
La mayoría de los fertilizantes compuestos que se encuentran en el mercado son en realidad Blending. La diferencia entre Blending y fertilizantes compuestos es que el primero se puede separar físicamente.
Generalmente los fertilizantes líquidos son fertilizantes compuestos porque no pueden separarse fácilmente.
Algunos fertilizantes incluyen microelementos cuya presencia también se debe indicar en la etiqueta del producto.
Los impactos socioeconómicos positivos de loe fertilizantes son obvios ya que son críticos para lograr el nivel de producción agrícola necesario para alimentar la población mundial, rápidamente creciente. Además, hay impactos positivos indirectos para el medio ambiente natural que provienen del uso adecuado de estas sustancias; por ejemplo, los fertilizantes químicos permiten intensificar la agricultura en los terrenos existentes, reduciendo la necesidad de expandirla hacia otras tierras que puedan tener usos naturales o sociales distintos.
Sin embargo se debe entender el aprovechamiento del empleo de fertilizantes orgánicos, y lo mismo que de minerales, como un modo importante de intervención del hombre en el ciclo de sustancias de la agricultura. A través de los animales cuyos excrementos son aprovechados, pasan nitrógeno, fósforo, potasio y otros nutrientes a los excrementos.